Levofloxacino y embarazo

Se dispone de datos limitados acerca del uso de levofloxacino en mujeres embarazadas. Los estudios en animales no indican efectos perjudiciales directos o indirectos respecto a la toxicidad reproductora. Sin embargo, no se debe utilizar levofloxacino en mujeres embarazadas, debido a la ausencia de datos en humanos y a los datos experimentales que sugieren el riesgo de lesión por fluoroquinolonas sobre los cartílagos que soportan peso de los organismos en desarrollo. (AEMPS 2019)

La levofloxacina se clasifica dentro de la categoría C de riesgo en el embarazo. Aunque no se han realizado estudios controlados durante el embarazo, en las ratas se observó un aumento de la mortalidad fetal y una disminución del peso de los fetos. Por lo tanto, la levofloxacina sólo se administrará si los beneficios para la madre superan los riesgos potenciales para el feto. (Vidal Vademecum 2013)

Los datos publicados de informes de casos, estudios de control de casos y estudios de observación sobre el uso de este medicamento durante el embarazo no han identificado ningún riesgo relacionado con el medicamento de defectos congénitos mayores, aborto espontáneo o resultados adversos maternos / fetales.

Los estudios en animales no han revelado evidencia de teratogenicidad, pero han revelado evidencia de feto toxicidad y toxicidad materna […]. No hay datos controlados en el embarazo humano.

Se han informado daños en el cartílago y artropatía en animales inmaduros de varias especies, lo que genera preocupación por los posibles efectos tóxicos en la formación de hueso fetal humano. Debido a que generalmente hay alternativas más seguras disponibles, algunos expertos consideran que las fluoroquinolonas están contraindicadas durante el embarazo, especialmente durante el primer trimestre. (Drugs 2019)

Contraindicado. Estudios en animales no muestran efectos perjudiciales. Ausencia de datos en humanos, riesgo experimental de lesión en cartílagos que soportan peso de organismos en desarrollo. (Vidal Vademecum 2019)

La asociación entre fluoroquinolonas y artropatía, aunque se observó en animales inmaduros y rara vez se informó en humanos, ha dado como resultado el uso restringido de fluoroquinolonas durante el embarazo.

Las quinolonas no deben prescribirse como agentes de primera línea para el tratamiento de infecciones urinarias no complicadas y definitivamente no deben prescribirse para infecciones del tracto respiratorio superior. Sin embargo, en casos de infecciones con micropatógenos resistentes o infecciones complicadas del tracto urinario durante el embarazo, cuando el uso de quinolonas es obligatorio, o en casos de exposición fetal inadvertida a fluoroquinolonas (embarazos no planificados), nuestros datos indican que sus beneficios superan los riesgos para el feto y que los abortos terapéuticos debido a la exposición fetal a estos agentes no están justificados. (Ronen Loebstein 1998)

Las fluoroquinolonas se evitan durante el embarazo debido a la toxicidad del desarrollo en animales. 

No observamos un mayor riesgo para el feto después de la terapia con fluoroquinolona durante el primer trimestre. Estos hallazgos tranquilizadores respaldan la recomendación de permitir el uso de fluoroquinolona al inicio del embarazo en casos seleccionados de resistencia bacteriana o intolerancia a los antibióticos de primera línea. (Stephanie Padberg 2014)