Mito: ¿Puede una mujer embarazada tejer o trenzar cuerdas durante el embarazo?

Por supuesto que SÍ, esta no es más que una creencia de magia imitativa. ¿En qué se basa encuentra su “lógica” ?, pues resulta que ha sido creencia desde tiempos inmemoriales que, si una mujer teje o trenzas cuerdas, el cordón umbilical, se enroscaría en el cuello del niño asfixiándolo. O que las “tripas” del niño se enredarían produciéndole al nacer muchos cólicos e incluso la muerte.

Incluso un tabú o regla prohibitiva muy frecuentemente relacionado con lo anterior es el que plantea que la mujer ya no solo debe dejar de trenzar o torcer nada, sino que no debe tener nada trenzado ni anudado en su cuerpo o sobre él durante el embarazo y mucho menos cuando se acerque la fecha del parto.

El antropólogo británico James Frazer, en su extraordinario estudio “La Rama Dorada” Frazer ofrece varios ejemplos sobre este aspecto. Relata, por ejemplo, que, entre los ainos de la isla rusa de Sajalín, existía la creencia de que una mujer embarazada no debía hilar ni retorcer cuerdas o cualquier otra cosa durante los dos últimos meses antes del parto pues si lo hiciera, las entrañas de la criatura se enredarían de modo semejante a como había torcido ella las cuerdas.

Otro ejemplo expuesto por Frazer es el que, entre algunos pueblos de la región de Transilvania, cuando una mujer estaba de parto, desataban todos los nudos de sus vestiduras, no solo los de las propias sino también las de sus familiares pues daban por seguro que esto facilitaría el parto y alejaría el peligro de complicaciones tanto en la madre como en el recién nacido. También los lapones pensaban que una parturienta no debía tener lazos en sus vestidos, pues la presencia de los nudos podía tener el efecto de hacer difícil y penoso el parto.

Un claro ejemplo de esta creencia, mucho más conocido popularmente por referirse a la mitología griega, es el del nacimiento del héroe Heracles. Según cuenta esta leyenda, el “Padre de los dioses”, Zeus logró consumar el amor con Alcmena tomado la apariencia de su esposo Anfitrión de Tebas, quien se encontraba lejos del hogar luchando en la guerra contra Atenas. Anfitrión regresó esa misma noche al lado de su esposa, pero ya Alcmena había quedado embarazada de un par de gemelos. En la noche en que estaba previsto que los gemelos nacieran, Zeus juró que el niño que naciera de aquella relación se convertiría en un gran rey, pero Hera, la esposa de Zeus enterada de su adulterio y odiando el juramento que este había hecho, odió desde antes del nacimiento al fruto de su infidelidad y juró venganza para la cual, fue hasta la casa de Alcmena e hizo que el parto se demorara sentándose ante el lecho de la parturienta con las piernas cruzadas y las ropas atadas con nudos, para lograr que Euristeo, primo de los gemelos, naciese con antelación, y fuese el legítimo heredero de la corona de Tebas.

Relatan que Hera estuvo sentada en esa posición y con sus vestidos fuertemente anudados hasta dos meses después de la que hubiera sido la fecha del parto y que solo se levantó al ser engañada por la criada Galantis, quien le hizo creer que ya había asistido a los niños en el parto por lo que Hera, perpleja ante la noticia desató los nudos con lo cual Alcmena pudo al fin parir a los gemelos Heracles e Ificles.

¿Qué pasó con la fiel criada Galantis? Hera enterada de su engaño la convirtió en comadreja para que tuviera que poner sus huevos por la boca, creencia esta nacida de dos hechos como son que estos mustélidos transportan los huevos que roban de los nidos entre sus dientes dando la idea al depositarlos que están desovando y además también de esta forma transportan a sus hijos pequeños, lo que sugería que los parían por la boca.

En fin, que esta creencia no es más que fruto de la leyenda y de la imaginería, así que no tiene por que preocuparse mamá, hágase su trenza en el pelo para lucir bien bonita y teja todo cuanto quiera que esto no afectará a su pequeño.

Bibliografía:

  • Pérez, O. Medicina para curiosos. Tomo II. Editorial Científico Técnica. La Habana. 2018
  • Frazer JG. La rama dorada. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales. Instituto Cubano del Libro; 1972.
  • Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana. José Espasa e hijos Editores. Barcelona. 1925.
  • Graves R. Los mitos griegos. Volumen. Editor digital: Hechadelluvia ePub base r1.0. Lectulandia
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